
Anoche mi padre volvió a Santiago. No es por nada, pero me gusta que esté lejos. La casa está más tranquila.
Día saturado de evaluaciones. Comenzando por la continuación de la prueba de Madame Bovary (Gustave Flaubert), que hice junto a mi amiga y compañera Geraldine. Luego, la prueba de Lenguaje y Sociedad, sobre el Origen e Historia de la Lengua Castellana. Ni siquiera alcancé a terminarla... ups. Después, en Filosofía, nos entregaron las pruebas corregidas sobre Introducción. Tuve un 6,5 (¬¬), nota poco brillante para una apasionada amante de la sabiduría, como lo soy yo. Además, aunque fue la calificación máxima, hubieron más personas que la tuvieron; personas que ni siquiera gustan de la belleza del pensar. No es justo... puaj. Más encima, mi prueba era casi perfecta. Mi único error fue por culpa de la conocida frase "El fin justifica los medios". Grrr... maldita sea. Me equivoqué gracias a Maquiavelo... ¡Qué paradójico! ¡No quiero ser más Macchiavella! Hmm... no. No renunciaré a mi identidad por una estúpida prueba. En fin. En la tarde tuve prueba de Religión, sobre el Sentido de la Vida y el Panorama de las Respuestas. Me gustó mucho, era muy filosófica. En mis respuestas dejé muy evidente mi postura humanista... je je je.
Aunque en este día no estuve tan triste y depresiva como de costumbre, igual en un momento mi horrible rostro fue inundado de negras lágrimas de nostalgia y rímel. Lágrimas que incansablemente derramo por ti, aunque ya no te importe...
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